Los ataques de pánico son como amigos invisibles, están a tu lado, te hablan y actúan despreocupados sin ser notados por el resto del mundo. De hecho, nos encontramos ante dos mundos, el de las personas que viven en una montaña rusa de emociones, y el de las personas que son inconscientes de todo.
Las personas que sufren de ataques de pánico viven a su servicio, porque cualquier petición se vuelve ley. En otras palabras, son muy buenos como manipuladores caprichosos y consiguen someter a sus presas con su insistencia.
Por otro lado, quienes lo padecen, desarrollan una excelente capacidad de resolución de problemas que va desde encontrar un baño para un inminente ataque de diarrea hasta la reorganización de su día. Estamos delante de un superhéroe, ¿qué te parece?
En realidad, el superhéroe no hace más que crear una máscara ocultando tanto sus malestares físicos que sus emociones. Es decir, se crea una imagen de perfección para el resto del mundo, debido a que otros no sólo no pueden entender la incomodidad, sino que también, si la «entendieran», les gustaría que se comportaran como si no la tuviesen. Como puedes ver en la película «Joker».
A pesar de todo, la ansiedad y los ataques de pánico resultan ser buenos amigos de nosotros mismos. De hecho, con su acción protectora, nos ayudan para que nos detengamos y nos pongamos en contacto con nuestras emociones más profundas.
ATAQUES DE PÁNICO: SITUACIÓN ACTUAL
Pero ahora hablemos de nosotros y de cómo llegamos a conocer a estos amigos. Al principio nossentimos fuertes y que podemos hacer frente a cualquier problema. Nadie nos detiene. Se presentan situaciones distintas, con distintos problemas, más o menos complejos pero no nos asustamos.
A medida que pasan los días, las cosas se acumulan y con ellas los estados de ánimo que van variando: pasamos de la alegría a la tristeza, de la frustración a la ira, pero seguimos diciendo que podemos hacerlo con todo. (Si quieres saber más sobre los síntomas y las causas te sugiero que visites esta página donde encontrarás mas explicaciónes en detalle) Y entonces, llega el día de la venganza: nuestras emociones se vuelven fuertes, agresivas y se manifiestan repentinamente en los momentos menos apropiados, cambiando nuestros días.
Por lo tanto, queremos echarlos y lo intentamos con todas nuestras fuerzas, pero cuanto más luchamos, más regresan con más agresividad. Una lucha desigual. Así que un día, cansados de tanta lucha, nos detenemos y comprendemos que la vida no es una lucha continua, que nos hemos perdido y que necesitamos una guía que nos lleve de vuelta al redescubrimiento de nosotros mismos.
Así que decidimos emprender un nuevo viaje, recogiendo nuestras fuerzas con la esperanza de poder encontrar nuestro mundo….
LA MALETA INTERIOR
Una vez que hemos decidido «viajar», como en cualquier viaje que se precie, pasamos a la preparación de nuestra maleta, que en este caso será interior, emocional. Ciertamente el tipo de maleta no es el mismo, pero la forma de prepararla sí (os dejo mi enlace, para leer mis 5 cosas esenciales para poner en una maleta «material»).
Empezamos así el juego de la «maleta interior«, tal vez un poco bizarro pero útil para tener en cuenta todos los recursos que tienes disponibles y que más tarde te serán útiles para tu viaje interior.
En primer lugar, te sugiero que cierres los ojos y te concentres sólo en tu respiración, sólo en el aire que entra y el aire que sale. Más tarde, cuando llegues a la calma y continúes con los ojos cerrados, te invito a visualizarte en el futuro, como si tuvieras una máquina del tiempo a tu disposición. Imagina que eres el espectador de ti mismo y observa cada detalle de tu futuro «tú», escúchalo. Observa las diversas situaciones en las que te encuentras, desde las más estresantes hasta las más relajantes, y siente tus emociones.
¿Cómo te ves a ti mismo? ¿Qué sensaciones sientes?
A partir de este nuevo estado de ánimo de descubrimiento, te invito a abrir los ojos de nuevo y a pensar en la preparación de tu maleta. Por ejemplo, qué tipo de productos básicos de «necesidad emocional» pondrías o qué podrías necesitar durante el viaje.
Pero profundicemos aún más y hagamos más concreto el viaje interior: tenemos un billete abierto sin fecha de regreso y una duración variable de tu viaje, así que tomémoslo con calma.
5 MANERAS DE LIDIAR CON LOS ATAQUES DE PANICO
En este punto, abrimos la maleta y comenzamos la lista de emociones, sentimientos y objetos que necesitamos llevar. Puedes poner lo que quieras según tu destino, pero, como experto en viajes, te sugiero algunos de ellos de extrema importancia:
Calma: tú decides cuánto quieres llevar, pero recuerda que para viajar con ella tienes que practicarlo. «Apaga tu cerebro durante al menos 20 minutos al día con actividades como meditación, yoga o cualquier otra actividad que no te haga «pensar».
Constancia: al igual que la calma, la constancia también necesita ejercicio. Tan pronto como te levantes por la mañana, coge un bolí y un papel y organiza tu día cortándolo con actividades que sean satisfactorias para ti.
Paciencia: Cuando llegue tu amigo ataque de pánico, primero detente y concéntrate en la respiración, como si no hubiera nada más fuera de ella. Una vez que empieces a respirar recuerda de respirar de «vientre» que es inhalar hinchando la barriga y exhalando desinflándola y, al mismo tiempo, recita dentro de ti una especie de mantra. Por ejemplo, se puede decir «sí puedo» o «no pasa nada» y repetirlo continuamente hasta que la crisis no empiece a bajar. En estos momentos, es imprescindible que cambies tu atención en otra cosa, como escuchar tu música favorita o concentrarte en sonidos lejanos. Después de unos 10 minutos el ataque de pánico habrá desaparecido y entonces tendrás que celebrar el éxito de tu pequeña batalla ganada.
…Y OTRAS FORMAS DE LIDIAR CON ELLOS
Bola de Cristal: Como un mago, mira la bola de cristal y trata de recordar el momento más feliz que hayas experimentado en tu vida. Una vez recordado, te invito a cerrar los ojos y revivirlo con todos sus detalles. Dedica esta práctica por lo menos 10 minutos una vez a la semana.
Audífono: pensaras, «pero no soy sordo» físicamente no, pero de tus emociones parece que sí. Toma cualquier objeto que represente para ti un audífono, éste representará el objeto con el que escucharas tus emociones al menos una vez al día. Obviamente es sólo una excusa, pero será útil para forjar un momento de calma del día. Si lo prefieres, cierra los ojos, respira y siente lo que tu «niño interior» necesita. Si te das cuenta de que has acumulado ira, entonces toma un boli y un papel y echa fuera todas tus emociones.
Cada Viaje comienza con el primer paso y ya has hecho algunos importantes…
continúa así y llegarás a tu destino en breve.