En este día de frio barcelonés, quiero ofrecer un cálido rayo de sol hablando de la opción de ir a Argentina en invierno y de la maravillosa amistad encontrada allá.
Sabemos que Argentina es un país enorme y es imposible poderla visitar en poco tiempo.
Hoy os cuento una pequeña aventura loca.
He estado dos veces en Argentina, una en noviembre 2017 y una en enero de hace tres años: salida de Barcelona, via Madrid con llegada a Buenos Aires con Air Europa.
ARGENTINA: PRIMERA VEZ EN SUDAMERICA
Me había siempre llamado mucho la atención con su gente, la natura y en general Sudamérica.
En el momento menos esperado se me presenta la ocasión de ir: conozco a un grupo de chicas en un viaje anterior a Cuba (clica aquí si quieres saber más de como empezo todo) con las cuales improvisamente se crea una conexión increíble desde ya así invitándome a visitarlas.
LLEGADA A BUENOS AIRES
En enero el calor que encontráis en Buenos Aires es algo fuera del común, agobiante, es verano: más o menos puedes encontrar una temperatura alrededor de los 38 grados de día y visitar la ciudad a mediodía es casi imposible.
El aeropuerto queda bastante lejos del centro de Buenos Aires, más o menos unos 40 minutos en bus: “Tienda Leon” se llama la empresa de transporte y está muy bien de precio, hablamos de unos 12 euros.
Buenos Aires es inmensa y hace faltan 5 días mínimo para visitarla. Una ciudad tan europea, diría una mezcla entre Paris y Madrid. Para tener una idea general de la ciudad decido coger el bus turistico y, como el billete tiene una validez de 24 horas, el primer día decido no bajar del bus y captar las partes que más me interesan.
Visito, Caminito, Puerto Madero, La Boca, Recoleta y el centro con algunos museos.
Una visita recomendable es ir a ver el cementerio de Recoleta, donde se encuentra el mausoleo de Evita Perón: hay visitas guiadas y la emoción de escuchar la historia de esta super mujer es de verdad muy grande.
EL TANGO
El Tango hace parte de la tradición y es extremadamente emocionante ver dos personas que bailan con una sensualidad y complicidad que no he visto en otros bailes hasta ahora.
Con curiosidad voy a clase de Tango y con ya tres horas de clase consigo sostener una Milonga de verdad.
Me dirijo a la famosa escuela “La Viruta” en el barrio Palermo donde con menos de 10 euros tengo tres clases de tango.
¿Como funciona el baile? Durante la Milonga, el hombre invita la mujer a bailar guiñando el ojo y con esta señal la mujer entiende que tiene que acercarse a él para bailar. Es crucial para la mujer levantar la cabeza y mirar a su alrededor si quiere bailar.
Haciendo un resumen de las experiencias argentinas, osaría decir que el mes de enero no es el mejor para visitarla: vuelos caros, caldo horroroso y sitios saturados.
Después de algunos días en Buenos Aires, me muevo en bus, y me dirijo en la zona de Córdoba, exactamente a Villa Carlos Paz.
Los bus tienen dos pisos y con una tarifa un poco más alta se puede viajar con un asiento reclinable a 180 grados, perfecto para las largas distancias del Argentina: tienen baño e incluso un pequeño bar donde se puede consumir café, agua y zumo.
VILLA CARLOS PAZ
Para nosotros extranjeros, esta localidad no es muy conocida, pero para los argentinos lo es y mucho.
Lugar de “playas” pero también de montañas obviamente de rio, calculando que estamos en el centro norte del Argentina.
Me encuentro con mis amigas locas a la estación de los autobuses, después de haber viajado de noche desde Buenos Aires por 9 horas, más o menos.
Hay que admitir que la terminal de buses de Buenos Aires no es muy segura sobre todo saliendo de noche: pues que decir, ojos bien abiertos, mochila delante!
Villa Carlos Paz es un lugar de vacaciones de verano y de “joda” es decir de fiesta; Durante la noche en el centro se ve un vaivén de gente, lleno de locales, bares, restaurantes mientras durante el día se caracteriza por las playas.
Vamos una playa llamada de los hippies!
Escalamos una montaña, sin saber que teníamos que escalar una: la persona que nos la había aconsejado no nos había avisado de eso y vamos con chanclas
Por suerte que no es gran cosa, pero de vez en cuando tenemos que caminar descalzas para no arriesgarnos en caernos. Llegamos al punto más alto y vemos el rio!
Allí vive una comunidad de hippies donde para ganarse algo venden collares y pulseras hechas a mano.
El paisaje es maravilloso: un rio con un agua muy fría, pero con un agua cristalina y con alrededor montañas. Puro relax!
El regreso al coche merece una descripción detallada.
PLAYA DE LOS HIPPIES
Somos Mariela, Stella, Estefania, July, Veronica, y, después de un día caluroso, baños en el rio, cansadas de un día lleno de risas, conocemos a un chico, el dueño de la playa tal como dice el: nos explica que para regresar al coche tenemos que subir a una piragua y recorrer el camino de vuelta por el rio.
Un chico nos llevaría al otro lado del rio sin pasar por la montaña.
Ya es tarde y no nos queremos atrever a hacer otra escalada que ya habíamos hecho por la mañana, así que confiamos en el consejo y nos ponemos en cola para coger la piragua
¡Aquí empieza la aventura!
Somos tres más el “conductor” de la piragua, todo bastante tranquilo y disfrutando del maravilloso paisaje que nos rodea.
A un cierto punto nos damos cuenta de que justo al lado nuestro, donde estábamos navegando, hay unas cataratas: evidentemente no son muy grandes, pero de todos modos son altas más o menos tres metros.
Empieza el pánico: July tiene el terror en los ojos y empieza a rezar, las demás empezamos a hablar con el chico que nos asegura que esta todo bajo control que, pero no tenemos que movernos.
¡Evidentemente no nos da tranquilidad así!
Aquí te pongo un pequeño video
LA LOCURA FINAL
Llegadas a tierra, nos damos cuenta de que hay que escalar un trocito de montaña, sin ninguna protección y con la catarata justo por debajo nuestro
Estamos todas con miedo, pero unidas: delante a mi tengo Veronica que no consigue subir por el miedo así que la empujo por el trasero y la dejo subir por encima de la montaña..
Poco a poco conseguimos estar sanas y salvas por arriba de la montaña y dirigirnos hacia el coche.
La adrenalina la tenemos a full así que decidimos ir a tomar una cerveza para regenerándonos, cerca de la catarata para bajar el estrés.
Nos relajamos y empezamos a reírnos mirando los videos recién grabados y a la vez orgullosas de como habíamos conseguido superar esta prueba.
Cada vez que pienso en esta historia me muero de las risas, pero al mismo tiempo me hace pensar en cuanto sea maravilloso poder confiar en los demás y poder compartir experiencias.
La amistad da un poder y una energía que otras cosas no dan. A veces puede tratarse de una amistad no verdadera qué, pero igualmente aporta alegría, buen humor y una experiencia personal.
Una apertura “de corazón” al mundo, una sencilla mirada hacia alguien, una sonrisa, un pequeño gesto, puede cambiar tu mundo.
